Y tú, ¿qué esperas de la vida?
Escucho a menudo esa pregunta.
No respondo.
No se espera,
se levantan
se levantan
los pies de la apatía
y se quiere,
y se quiere,
se quieren las cosas.
Quiero arrancar la corteza
que rodea un mundo
adormecido.
Con un cuchillo muy afilado,
Con un cuchillo muy afilado,
pelar su caparazón enquistado,
con la suavidad
con la que pelaría una cebolla,
con la que pelaría una cebolla,
pero con la firmeza
del que no teme.
del que no teme.
Apagaría todos los televisores,
para ver las miradas sorprendidas,
que descubren que la pantalla
ocultaba la Vida,
y saldrían los Muertos de ignorancia,
a visitar la luz del sol.
y saldrían los Muertos de ignorancia,
a visitar la luz del sol.
Regalaría el pan, el primero,
junto con la receta para cocinarlo
en el horno y dejar que su aroma
junto con la receta para cocinarlo
en el horno y dejar que su aroma
aleje los humos de angustia
que gravitan alrededor
de los silencios generacionales
de los silencios generacionales
Saldría a la calle, tomaría una mano,
la de quien fuese, un niño, un anciano,
un enfermo o un inadaptado,
(esta palabra significa que no entendemos
(esta palabra significa que no entendemos
su procedencia, vamos, que somos
Analfabetos en inadaptados)
y formaría una cadena de Vidas
hasta rodear la Tierra.
y formaría una cadena de Vidas
hasta rodear la Tierra.
No nos harían falta gafas en 3D,
nos hemos sobredimensionado solos, sin ayuda,
nos hemos sobredimensionado solos, sin ayuda,
ahora hay que desintoxicar al mundo
de su empacho de imágenes
y devolver la palabra a la tierra,
a la Madre,
de su empacho de imágenes
y devolver la palabra a la tierra,
a la Madre,
aprender a escuchar de nuevo.
Regresaríamos al instante en que nacimos.
Aprenderíamos a ver, a escuchar, a oler,
a sentir, a tocar, a fluir con la naturaleza,
que es una con nosotros,
que nos da su fuerza y su sabiduría,
y que nos sobrevive
en sus ciclos perfectos.
que nos da su fuerza y su sabiduría,
y que nos sobrevive
en sus ciclos perfectos.
Aprenderíamos a vivir.
Los niños construirían jugando caminos,
con las monedas que tanto nos oprimen,
Los Mercados, las Bolsas,
serían campos de consumo responsable,
respetando el equilibrio de las cosas
y alimentando
serían campos de consumo responsable,
respetando el equilibrio de las cosas
y alimentando
a todo ser viviente por igual.
Dejaríamos de perder media vida
adivinando la muerte,
su cara oculta, su más allá,
porque el ahora, nos daría la plenitud
que el consumismo y la prepotencia
porque el ahora, nos daría la plenitud
que el consumismo y la prepotencia
nos han robado.
Tal vez eso y mucho más
será posible, cuando nos levantemos
de nuestra propia ceguera
y aceptemos nuestra responsabilidad,
y aceptemos nuestra responsabilidad,
cuando estemos dispuestos a servir,
en lugar de ser servidos,
a amar desde lo pequeño a lo infinito,
a amar desde lo pequeño a lo infinito,
a querer escuchar la verdad
que nos grita el Universo
en nuestra sordera.
Y tú, ¿qué quieres de la vida?
Sahida Hamido
Realmente maravilloso esto que escribiste .
ResponderEliminarGracias, Olga, te mando un gran abrazo.
ResponderEliminarSahida, querida. Vine a tu casa a saludar y leer. Un abrazo.
ResponderEliminarGabriela Rosas
Querida Gabriela, tu visita es un regalo para mí, siempre. Un abrazo inmenso!
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