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Anochece tras tus pasos, poeta.
Acunando tus versos, el silencio
Recorre lánguido el sendero mudo,
Ocultando en tus huellas su palabra.
Nadie te advirtió que la vida era
Gota de dolor, cáliz en un beso
Probado el día de tu nacimiento,
Grabado en tu piel, llorado en poema.
Reconoces la fatalidad, suerte
Aniquilada por tu pluma veloz,
Como luna desnuda que estremece.
Inspiraste a mi verso que agradece,
Al verso, seso, al seso, voz. En mi voz,
Sin tus versos, poeta, Dios se muere.
Sahida Hamido
Querida Sahida, tú sabes que comparto admiración por este poeta y por esta persona que es Aarón, así que sólo me queda aplaudirte por estos certerísimos versos que le has dedicado.
ResponderEliminarHablan de tu inteligencia y perceptividad mejor que nada podría hacerlo, así que si me permites esta especie de entuerto que te digo a modo de broma, te la digo, ;): has firmado tu sentencia de poeta con este poema. Con ese terceto final podrías ponerte al mundo por montera, así que por favor, NO PARES. Por el bien de todos.
Un beso enorme
Sofía, querida amiga, me queda mucho por recorrer, por aprender, y será un placer hacer ese camino con personas tan maravillosas como tú a mi lado.
ResponderEliminarAarón me ha ayudado más de lo que le puedo agradecer, a comprender una parte de ese camino, a mirar de frente mis limitaciones, a trabajarlas. Comparto tu admiración al poeta y a la persona.
Gracias por Ser, por Estar, por tanto cariño y apoyo que ya te debo. Un beso muy grande.