jueves, 30 de diciembre de 2010

BREVE CARTA AL PADRE (2010)










A Kafka le hubiese gustado
leer este poema, tal vez,
es mi propia y breve
carta al padre, a mi padre.
No busco su aprobación,
ni su respeto, ni su cariño,
no busco sus aciertos
ni sus desatinos,
sólo busco liberar
la sangre que me envenena,
cortar mis venas
y dejarla fluir
hasta sentirla como ríos
que acabarán siendo mares
y me arrastrarán
al más absoluto olvido.
Ya no busco un salvavidas
que me mantenga a flote,
quiero ahogarme,
sentir los estertores
de mi propia muerte
y rescatarme del abismo,
renovada y eterna,
morir a lo pasado,
pisotearlo, aplastarlo
con mis pies desnudos,
abrirme paso a dentelladas
desde el fondo
de mi propia tumba
y lamerme las heridas
y sentirme al fin huérfana,
sin remordimientos.


Sahida Hamido (19-03-2010)

6 comentarios:

  1. No siempre el destino es leal con la voluntad de los hombres. Lo lamento, en el nombre del padre...

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  2. Gracias por tu visita y tu comentario, Amador. El destino es un maestro que además puede permitirse ser imprevisible.

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  3. Sahida, tu café es hoy un poco amargo...Rasga los adentros...Un abrazo.

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  4. Gracias Sahida, me encanta, sugiero aportar que podamos se arquitectos de nuestro propio destino.
    Un Beso...

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  5. Querida Elvira, la amargura a veces es bueno sacarla, nos ofrece la posibilidad de transformaría en algo más dulce. A veces la poesía tiene algo de exorcismo, salen los demonios y con un poco de suerte, se alejan. Un beso, querida..

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  6. Gracias, Diego, te doy toda la razón. En esa arquitectura de futuro, a veces hay cimientos defectuosos que dificultan la construcción, pero para eso estamos, para cambiarlos y seguir adelanta. Un beso, amigo.

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