A pocas horas del fin de este año extraño, exorcizo todos mis demonios, me dejo llevar por todas las emociones condensadas durante estos meses pasados. En los minutos, las ya breves horas que quedan, lloraré todas las lágrimas que me quedan por llorar, gritaré toda la rabia, las mentiras o la soledad infinita que sacude las entrañas de mi alma.
La hoja en blanco donde cada cual escribe sus propósitos, no contendrá ninguna frase que diga: dejar de fumar, hacer dieta, ir al gimnasio o cosas por el estilo. En ella sólo habrá una palabra: VIVIR. Moriré al año viejo, junto con mis emociones pasadas, con el peso de los días que se acumula sobre los hombros y las sonrisas olvidadas. Renaceré al nuevo año con emociones nuevas, sin expectativas pero con sonrisas nuevas.
Me levantaré y al alzar mi copa diré: Aquí estoy yo. Brindaré por cada uno de vosotros, por cada palabra que compartiremos y por todos los momentos que nos quedan por vivir. FELIZ AÑO 2011.